sábado, 6 de octubre de 2007

Misas (I): Misa en do menor, K427



Constanze Weber
Joseph Lange, 1782




A raíz de una petición, les ofrezco hoy la última misa que compuso Mozart, si exceptuamos el requiem, y que fue, además, la primera que no compuso por petición expresa del arzobispo de Salzburgo, ya que esta fue escrita cuando el músico residía en Viena, liberado ya de su antiguo cargo. A diferencia de Bach, de Mozart se ha dicho que la poca calidad y envergadura de las misas que compuso, siempre obligado por sus obligaciones en Salzburgo, es una prueba de su escasa religiosidad. Esto sólo cambió con dos obras, el requiem, compuesto por necesidad y por la inspiración de la conciencia de una muerte cercana, y esta misa, que fue compuesta probablemente por el reciente descubrimiento de la música de Händel y Bach, cuya inspiración se deja ver en casi toda la partitura de esta obra, y sobre todo, por una promesa a la que sería su mujer, Constanze Weber, como voto por el matrimonio que iban a contraer.

He vuelto a escuchar esta misa después de mucho tiempo, y he vuelto a pensar lo que pienso siempre, y es que Mozart, siempre inspiradísimo en sus obras vienesas, estuvo especialmente inspirado cuando compuso esta misa. Es imposible no pensar esto, porque todos los movimientos son maravillosos: la belleza y delicadeza de la voz humana en medio del poderoso coro en el Kyrie, el sobrenatural Domine, el sobrecogedor Qui tollis, el hermoso Et incarnatus, por no hablar del contrapunto bachiano de las partes corales, y toda la maestría operística mozartiana que respiran los conjuntos vocales del Domine, el Quoniam, y el Benedictus. Una obra, que de haber sido completada, estaría, probablemente, a la altura de las grandes obras litúrgicas de todos los tiempos, si es que no lo está ya. Espero que la disfruten.






Misa en do menor, K427 (417a)


  1. I. Kyrie (andante moderato)
  2. II. Gloria - Gloria in excelsis Deo (allegro vivace)
  3. Laudamus te (Allegro aperto)
  4. Gratias (Adagio)
  5. Domine (Allegro moderato)
  6. Qui tollis (Largo)
  7. Quoniam (Allegro
  8. Jesu Christe (Adagio)
  9. Cum Sancto Spiritu
  10. III. Credo - Credo in unum deum (Allegro maestoso)
  11. Et incarnatus est
  12. IV. Sanctus (Largo)
  13. V. Benedictus (Allegro comodo)
Barbara Bonney, soprano
Arleen Auger, soprano
Hans Peter Blochwitz, tenor
Robert Holl, bass

Rundfunkchor Berlin
Berliner Philharmoniker
Claudio Abbado




Misa en do menor, K427 - Claudio Abbado - Parte 1

Misa en do menor, K427 - Claudio Abbado - Parte 2


Ciclos: Domenico Scarlatti - Obra completa para clave, vol. 3

Aquí esta la tercera entrega de la integral de sonatas de Domenico Scarlatti en interpretación de Scott Ross. A partir de este momento intentaré demorarme menos en la subida de los volúmenes para así llegar a completar la integral lo más pronto posible. Espero que disfruten de estas nuevas sonatas.






Domenico Scarlatti (1685 - 1757)
L'oeuvre pour clavier

Vol. 2


  1. Sonata en sol menor, K31
  2. Sonata en re menor, K32
  3. Sonata en re mayor, K33
  4. Sonata en re menor, K34
  5. Sonata en sol menor, K35
  6. Sonata en la menor, K36
  7. Sonata en do menor, K37
  8. Sonata en fa mayor, K38
  9. Sonata en la mayor, K39
  10. Sonata en do menor, K40
  11. Sonata en re menor, K41
  12. Sonata en si bemol mayor, K42
  13. Sonata en sol menor, K43
  14. Sonata en fa mayor, K44
  15. Sonata en re mayor, K45
  16. Sonata en mi mayor, K46
  17. Sonata en si bemol mayor, K47
  18. Sonata en do menor, K48

Scott Ross






D. Scarlatti - Scott Ross - Sonatas CD 3


martes, 4 de septiembre de 2007

Conciertos (III): Conciertos para piano nos. 19 y 23


El gran pianista Maurizio Pollini


Volvemos al género del concierto para piano, después de aquellos lejanos números 8 y 9, con dos obras mayores del catálogo concertístico mozartiano. El primero, el número 19, uno de los más líricos y optimistas de sus conciertos, fue interpretado por Mozart en Frankfurt, en octubre de 1790, con motivo de la subida al trono de Leopoldo II, motivo por el cual este concierto es conocido como "el primero de la Coronación", siendo "el segundo" el número 26. El otro concierto, el número 23, compuesto después de su más prodigioso ciclo de conciertos (números 20, 21 y 22), es más complejo, más maduro, y cuenta con uno de los movimientos más conmovedores de toda la obra del compositor, su melancólico adagio.

Mi intención es ofrecer aquí la integral que Vladimir Ashkenazy grabó con la Orquesta Philharmonia, pero he decidido hacer un par de excepciones por una cuestión de calidad. Una de ellas son estos dos conciertos que grabó Maurizio Pollini con Karl Böhm y la Filarmónica de Viena. El otro, los conciertos números 10 y 27 interpretados por uno de mis pianistas favoritos, Emil Gilels, también con Böhm a la batuta, y que ofreceré proximamente. De Pollini poco se puede decir, salvo que es uno de los mejores pianistas del ultimo cuarto del siglo XX, y Böhm, como he afirmado muchas veces, el mejor director en lides mozartianas. El resultado, dos conciertos insuperables. Espero que los difruten.





Concierto para piano nº 19 en fa mayor, K459 "Primero de la Coronación"

  1. Allegro vivace
  2. Allegretto
  3. Allegro assai

Concierto para piano nº 23 en la mayor, K488

  1. Allegro
  2. Adagio
  3. Allegro assai
Maurizio Pollini, piano
Karl Böhm, Wiener Philharmoniker




Concierto para piano nº 19 - Maurizio Pollini, Karl Böhm

Concierto para piano nº 23 - Maurizio Pollini, Karl Böhm


miércoles, 18 de julio de 2007

Sonatas (II): Sonatas para violín nos. 24 a 28


"Leopold con Wolfgang y Nannerl"

Acuarela de Louis Carrogis





La música de cámara de Mozart está llena de obras maravillosas, y una de las mejores pruebas de esta afirmación son estas cinco sonatas para violín y piano. Estas cinco obras, más la sonata K296, constituyeron las primeras que Mozart publicó en Viena desde que se instalara definitivamente en la capital, y no pueden ser mejor reflejo de la evolución y la madurez que experimentó su música a partir de ese momento. Estas sonatas, aparte de su originalidad, su belleza y su inocente fuerza, albergan curiosidades sorprendentes. Fíjense si no en la sonata K377, donde una de las variaciones del tema central es casi un tango; y en la sonata K380, también en la última de las variaciones, parece que oigamos al mismísimo Johann Sebastian Bach. Deseo que disfruten de estas magníficas obras y espero sus comentarios.




Sonata para violín y piano nº 24 en fa mayor, K376 (374d)

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Rondo. Allegretto grazioso


Sonata para violín y piano nº 25 en fa mayor, K377 (374e)

  1. Allegro
  2. Tema. Andante - Variaciones I-VI
  3. Tempo di Menuetto


Sonata para violín y piano nº 26 en si bemol mayor, K378 (317d)

  1. Allegro moderato
  2. Andantino sostenuto e cantabile
  3. Rondo. Allegro



Sonata para violín y piano nº 27 en sol mayor, K379 (373a)

  1. Adagio - Allegro
  2. Tema. Andantino cantabile - Variaciones I-V - Tema. Allegretto


Sonata para violín y piano nº 28 en mi bemol mayor, K380 (374f)


  1. Allegro
  2. Andante con moto
  3. Rondo. Allegro
Itzhak Perlman, violín
Daniel Barenboim, piano





Sonata para violín nº 24 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violín nº 25 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violín nº 26 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violín nº 27 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violín nº 28 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim



Ciclos: Domenico Scarlatti - Obra completa para clave, vol. 2


En primer lugar, les quiero pedir disculpas por haber descuidado esta integral, y haber demorado tanto esta segunda entrega. Pero aquí la tienen. Espero que la disfruten.









Domenico Scarlatti (1685 - 1757)
L'oeuvre pour clavier

Vol. 2

  1. Sonata en mi mayor, K20
  2. Sonata en re mayor, K21
  3. Sonata en do menor, K22
  4. Sonata en re mayor, K23
  5. Sonata en la mayor, K24
  6. Sonata en fa sostenido menor, K25
  7. Sonata en la mayor, K26
  8. Sonata en si menor, K27
  9. Sonata en mi mayor, K28
  10. Sonata en re mayor, K29
  11. Sonata en sol menor, K30

Scott Ross, clave





D. Scarlatti - Scott Ross - Sonatas CD 2



domingo, 1 de julio de 2007

Sinfonías: Karl Böhm - Berliner Philharmoniker



Tras un mes de sequía, vuelve este blog a llenarse de buena música, y el retorno será fértil. Este verano estará dedicado a la integral de sinfonías que grabara Karl Böhm en los 60 con la Filarmónica de Berlin. Cada tres días, más o menos, asómense por aquí y verán una nueva, lista para su disfrute. La primera sinfonía, escrita por Mozart a los siete años, es verdaderamente interesante. Está estructurada en tres movimientos, siendo el central en tonalidad menor. Como anécdota relacionada con esta obra, el polémico Glenn Gould, en una entrevista, refirió su predilección por esta sinfonía, anteponiéndola a la famosa y monumental nº 40, por considerarla más libre en su desarrollo, menos afectada, escandalizando a su entrevistador Bruno Monsaingeon.

Espero que disfruten de esta integral y del verano que comienza.

Un saludo.



Sinfonía nº 1 en mi bemol mayor, K16

  1. Molto allegro
  2. Andante
  3. Presto

Sinfonía nº 4 en re mayor, K19

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Presto

Sinfonía nº 5 en si bemol mayor, K22

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Molto allegro

Sinfonía nº 6 en fa mayor, K43

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Menuetto - Trio
  4. Allegro

Sinfonía nº 7 en re mayor, K45

  1. Molto allegro
  2. Andante
  3. Menuetto - Trio
  4. Molto allegro

Sinfonía nº 8 en re mayor, K48

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Menuetto - Trio
  4. Molto allegro

Sinfonía nº 9 en do mayor, K73 (75a)

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Menuetto - Trio
  4. Molto allegro

Sinfonía nº 10 en sol mayor, K74

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Allegro

Sinfonía nº 11 en re mayor, K84 (73q)

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Allegro

Sinfonía nº 12 en sol mayor, K110 (75b)

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Menuetto - Trio
  4. Allegro

Karl Böhm
Berliner Philharmoniker




Sinfonía nº 1 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonia nº 4 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 5 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 6 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 7 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 8 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 9 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 10 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 11 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker

Sinfonía nº 12 - Karl Böhm, Berliner Philharmoniker


lunes, 7 de mayo de 2007

Ciclos: Domenico Scarlatti - Obra completa para clave, vol. 1


Domenico Scarlatti




Mozart era hasta este momento el protagonista absoluto de este blog. Desde esta entrada pasará a ser como un anfitrión que, a pesar de que su figura seguirá siendo predominante, irá recibiendo visitas ilustrisimas, como la de Domenico Scarlatti, en forma de ciclos o integrales, como esta de sus sonatas. Scarlatti fue un compositor que será recordado fundamentalmente por estas sonatas, que escribió en su mayor parte en España, donde vivió desde 1729 hasta el final de sus días, en 1757. Aquí se casó con una española, y se identificó tanto con España, que acabó firmando sus obras como Domingo Escarlati, apellido que aún hoy siguen llevando sus descendientes. Esta integral es la única que se ha grabado de todas las sonatas de Scarlatti, y es especial, no tanto por su exhaustividad, sino también por su interpretación, muy brillante, a cargo del clavecinista Scott Ross. Será un ciclo largo, ya que la caja consta de 34 cedés, y en cada entrada iré poniendo únicamente uno, por lo que tengan paciencia. Que lo disfruten.





Domenico Scarlatti (1685 - 1757)
L'oeuvre pour clavier


Vol. 1

  1. Sonata K1
  2. Sonata K2
  3. Sonata K3
  4. Sonata K4
  5. Sonata K5
  6. Sonata K6
  7. Sonata K7
  8. Sonata K8
  9. Sonata K9
  10. Sonata K10
  11. Sonata K11
  12. Sonata K12
  13. Sonata K13
  14. Sonata K14
  15. Sonata K15
  16. Sonata K16
  17. Sonata K17
  18. Sonata K18
  19. Sonata K19

Scott Ross, clave







D. Scarlatti - Scott Ross - Sonatas CD 1



domingo, 6 de mayo de 2007

Cuartetos (II): Cuartetos con piano



"Perseus and Andromeda" (1774 - 1779)

Anton Raphael Mengs



En esta nueva entrada no abandonamos la música de cámara de Mozart, que en su última época alcanzó cotas extraordinarias, como podrán comprobar en estos dos cuartetos. Sorprende pensar que la tonalidad del primero, sol menor, sólo es la principal en otras tres obras del catálogo mozartiano, el quinteto K516 y las dos sinfonías, la nº 25 y la nº 40. Este primer cuarteto, trágico y oscuro, es además autoritario, imperioso y amenazador, más cercano a la potencia beethoveniana que a la melancolía mozartiana. Esta obra, encargo del editor Hoffmeister, no fue bien recibida en Viena, quizá por su audacia o su impetuosidad, hasta el punto de que fue cancelada su edición. Meses después, y por voluntad propia, Mozart escribió el segundo cuarteto, más convencional, más amable, que fue editado por Artaria. Este cuarteto no atrae, no hechiza tanto como el K478, pero su belleza es innegable. La versión que les ofrezco es tan brillante, que potencia todas las cualidades de estas obras y mitiga todas las debilidades que acaso tuvieran. Artur Rubinstein, un pianista que no se prodigó demasiado en Mozart, nos deja aquí un documento monumental y una interpretación, sin ir más lejos, insuperable. Espero que lo disfruten.






Cuarteto con piano nº 1 en sol menor, K478

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Rondo. Allegro


Cuarteto con piano nº 2 en mi bemol mayor, K493

  1. Allegro
  2. Larghetto
  3. Allegretto

Artur Rubinstein, piano
Guarneri Quartet





Cuarteto con piano nº 1 - Artur Rubinstein, Guarneri Quartet

Cuarteto con piano nº 2 - Artur Rubinstein, Guarneri Quartet



jueves, 26 de abril de 2007

Sonatas (I): Sonatas para violin nos. 17 a 22

"Santa Ceciclia"

Anton Raphael Mengs (1728 - 1779)





Como habrán comprobado a lo largo de las sucesivas entradas que he ido publicando hasta ahora, el texto de cada una de ellas lo constituía una pequeña parte de la biografía de Wolfgang Amadeus Mozart, ya que mi intención era acompañar a las obras con el respectivo periodo histórico en que fueron compuestas. Pero a partir de aquí no seguiré este proceder por diversas razones. La primera, porque hay excelentes biografías publicadas, y porque estoy seguro que todos los mozartianos que frecuentan este blog han leído alguna de ellas y conocen la vida de Mozart perfectamente. Segundo, porque escribir algo que he sacado de algún libro no tiene ningún mérito, y además ello no contribuye a que los que se acerquen a este blog y lo lean conozcan al autor del mismo, y por ello he decidido que a partir de ahora lo que escriba serán mis apreciaciones personales, tanto de las obras como de los intérpretes. Con ello conseguiremos que puedan conocerme mejor, tanto en lo bueno como en lo malo. Y tercero, porque en un blog musical como éste, lo importante, mucho más que lo que yo pueda escribir, es la música, la maravillosa e intemporal música de Mozart.

Hoy les ofrezco las primeras sonatas para violín de la integral que grabaron Itzhak Perlman y Daniel Barenboim en los ochenta para Deutsche Grammophon, y que es, como podrán comprobar, quizá la mejor interpretacion que se haya hecho de estas obras. Estas últimas dieciseis sonatas conforman una colección que para mí es una de las más inspiradas, originales y hermosas de Mozart, a la altura de los conciertos para piano y, dentro de la música de cámara, quizá por encima de los cuartetos. Para mí, estas sonatas están llenas de cosas maravillosas, y cada una de ellas, sorprende por algo distinto. Espero que les guste.




Sonata para violín y piano nº 17 en do mayor, 296

  1. Allegro vivace
  2. Andante sostenuto
  3. Rondo. Allegro

Sonata para violín y piano nº 18 en sol mayor, K301 (293a)

  1. Allegro con spirito
  2. Allegro

Sonata para violín y piano nº 19 en mi bemol mayor, K302 (293b)

  1. Allegro
  2. Rondo. Andante grazioso

Sonata para violín y piano nº 20 en do mayor, K303 (293c)

  1. Adagio - Molto allegro
  2. Tempo di menuetto

Sonata para violín y piano nº 21 en mi menor, K304 (300c)

  1. Allegro
  2. Tempo di menuetto

Sonata para violín y piano nº 22 en la mayor, K305 (293d)

  1. Allegro di molto
  2. Thema. Andante grazioso - Variazioni I-VI
Itzhak Perlman, violín
Daniel Barenboim, piano








Sonata para violín nº 17 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violin nº 18 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violin nº 19 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violin nº 20 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violin nº 21 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim

Sonata para violin nº 22 - Itzhak Perlman, Daniel Barenboim




jueves, 12 de abril de 2007

Cuartetos (I): Cuartetos "milaneses"




En 1770, Leopold y su hijo partieron hacia Italia, un país de ilustre tradición musical, donde el kappelmaister del arzobispo de Salzburgo pensaba que la suerte acompañaría finalmente a su hijo. Unos meses atrás, Johann Christian Bach les había aconsejado permanecer en Londres, pero Italia era un paraíso para los maestros de ópera, donde una canción popular napolitana decía "si no hay comida, cantemos", y Leopold aspiraba a lo más alto. Allí las adulaciones, los regalos y la admiración acompañaron a los Mozart en los tres viajes que efectuaron a tierras italianas. Allí, el joven Mozart conoció al único amigo que tuvo en su adolescencia, un niño de su edad, nacido el mismo año que él y muerto, como él, prematuramente. Allí, en Bolonia, estudió con el padre Martini, que daba consejos musicales a Rameau y a Tartini, y allí se le hizo miembro de la Accademia Filarmonica. Allí, el papa Clemente XIV le distinguió con la Croce della Speron d'Oro, que sólo había recibido Lassus y que luego recibirían Glück y Ditersdorf.

Allí, en Milan, compuso los seis cuartetos de cuerda conocidos como "milaneses", y estrenó tres óperas, Mitridate, rè di Ponto, Lucio Silla y Ascanio in Alba, ésta última por encargo de la emperatriz Maria Teresa, con ocasión de la boda de su hijo. Pero también allí se acabó el sueño de Leopold de conseguir un trabajo estable para su hijo en el país de la música por excelencia. Después de Ascanio, los Mozart permanecieron en Milán para pedir al archiduque Ferdinando, hijo de la emperatriz, un puesto como músico a su servicio. El archiduque consultó a su madre y ésta le desaconsejjó la contratación, haciendo ver a su hijo que aquellos músicos, en el fondo, eran "gentes inútiles", artistas ambulantes, vulgares trotamundos. Después de Lucio Silla, que no tuvo aclamación alguna, Mozart no recibió más encargos de Italia, y éste fue otro de tantos sueños que se esfumaban.





Cuarteto de cuerda nº 2 en sol mayor, K155
  1. Allegro
  2. Andante
  3. Molto allegro

Cuarteto de cuerda nº 3 en sol mayor, K156

  1. Presto
  2. Adagio
  3. Tempo di menuetto
  4. Adagio

Cuarteto de cuerda nº 4 en do mayor, K157

  1. Allegro
  2. Andante
  3. Presto

Cuarteto de cuerda nº 5 en fa mayor, K158

  1. Allegro
  2. Andante un poco allegretto
  3. Tempo di menuetto

Cuarteto de cuerda nº 6 en si bemol mayor, K159

  1. Andante
  2. Allegro
  3. Rondo. Allegro grazioso

Cuarteto de cuerda nº 7 en mi bemol mayor, K160

  1. Allegro
  2. Un poco adagio
  3. Presto

Quartetto Italiano






Cuarteto de cuerda nº 2 - Quartetto Italiano

Cuarteto de cuerda nº 3 - Quartetto Italiano

Cuarteto de cuerda nº 4 - Quartetto Italiano

Cuarteto de cuerda nº 5 - Quartetto Italiano

Cuarteto de cuerda nº 6 - Quartetto Italiano

Cuarteto de cuerda nº 7 - Quartetto Italiano


viernes, 30 de marzo de 2007

Conciertos (II): Conciertos para clarinete, oboe y fagot

Silueta de Anton Stadler


En 1791, Mozart, su esposa Konstanze, su discípulo Süssmayr y su hermano masón, amigo y virtuoso clarinetista, Anton Stadler, viajan por última vez a Praga. Mozart va a estrenar allí su última ópera, La clemenza di Tito, pero todavía le faltan algunas partes por concluir. Algunas de esas partes, unos solos obligados para el clarinete y el basset horn que Mozart incluyó para el lucimiento virtuosístico de su amigo, los concluirá allí mismo, en la diligencia que les lleva a Praga. A Stadler lo conoció Mozart en su logia masónica Zur Wohltätigkeit en la que ingresó a finales de 1784, y su relación con él fue clave para que nacieran las obras para clarinete que Mozart escribió en sus últimos años, ya que su talento como clarinetista le dio la posibilidad de escribir composiciones más complejas para el instrumento, que se pudieran interpretar con el virtuosismo necesario para alcanzar la expresión que Mozart buscaba . Algunas de esas composiciones en las que Mozart incluyó el clarinete son verdaderas obras maestras, llenas de una fuerza y una belleza incomparables. El trio Keggelstatt, la serenata Gran Partitta, el quinteto para piano y viento y, sobre todo, el quinteto y el concierto para clarinete son obras que por sí solas explican el enorme nivel de madurez compositiva que Mozart llegó a alcanzar.

En Praga, más que La Clemenza y Mozart, el que triunfó fue Stadler como solista e intérprete. Debido a ello, de regreso a Viena, el clarinetista le pidió a Mozart que escribiera un concierto para que pudiera estrenarlo en aquella ciudad. Mozart compusó el concierto para clarinete retomando unos pocos compases de un concierto para ese instrumento que había escrito tiempo atrás. "El milagro de Bohemia", como le llama Mozart en algunas cartas, partió hacia Praga y el 16 de octubre estrenó en su Teatro Nacional la espléndida obra. Stadler estuvo de gira por Europa durante varios años y no volvería a Viena hasta 1796, por lo que no estuvo al lado de su amigo en el momento de su muerte. Y Mozart nunca pudo ver interpretado su último gran concierto.





Concierto para clarinete en la mayor, K622
  1. Allegro
  2. Adagio
  3. Rondo. Allegro

Concierto para oboe en do mayor, K314

  1. Allegro aperto
  2. Andante ma non troppo
  3. Rondo. Allegretto

Concierto para fagot en si bemol mayor, K191

  1. Allegro
  2. Andante ma adagio
  3. Rondo. Tempo di menutto
    Alfred Prinz, clarinete
    Gerhard Turetschek, oboe
    Dietman Zeman, fagot

    Karl Böhm
    Wiener Philharmoniker







    domingo, 25 de marzo de 2007

    Actualización de Idomeneo

    Para todos aquellos que tenían problemas con Megaupload, aquí les dejo los enlaces de Idomeneo en el servidor Rapidshare.

    Idomeneo, rè di Creta, K366

    Idomeneo: Wieslaw Ochman
    Idamante: Peter Schreier
    Ilia: Edith Mathis
    Elettra: Julia Varady
    Arbace: Hermann Winker
    Gran Sacerdote: Eberhard Büchner
    La Voz: Sigfried Vogel
    Dos cretenses: Helga Termer, Heidi Ries
    Dos troyanos: Armin Ude, Wolfgang Hellmich

    Karl Böhm
    Rundfunkchor Leipzig
    Staatskapelle Dresden

    Idomeneo - Parte I (Rapidshare)
    Idomeneo - Parte II (Rapidshare)
    Idomeneo - Parte III (Rapidshare)
    Idomeneo - Parte IV (Rapidshare)
    Idomeneo - Parte V (Rapidshare)

    Que la disfruten, y hasta la próxima vez.

    viernes, 23 de marzo de 2007

    Conciertos (I): Conciertos para piano nos. 8 y 9

    En 1776, Mozart tiene veinte años, y se ha pasado la mayor parte de su vida viajando. Ahora, en Salzburgo, vive un período de tranquila existencia, descubriendo su genio creativo y componiendo las primeras obras maestras de su catálogo. El desarrollo en la composición que experimenta durante este período es asombroso. En un período de apenas nueve meses, compone los 5 conciertos para violín, una colección que demuestra como ninguna otra este desarrollo sobrehumano. Del primer concierto al quinto, se observa un progreso que podríamos considerar de varios años, pero que Mozart logra en menos de uno.
    Estos dos conciertos que les ofrezco hoy, son los primeros que compone para piano que pueden considerarse obras mayores en su catálogo, sobre todo el número 9, dedicado a una pianista francesa, y que a la luz de la envergadura del concierto, y aunque apenas existen datos biográficos, debió ser una pianista de gran altura. Con ella se volverá a encontrar unos años depués en su tercer y último viaje a París. Los conciertos, luminosos y alegres, tienen en sus movimientos centrales una melancolía puramente mozartiana. En el andantino del número 9, lleno de oscuros presentimientos, vemos los ecos de la reciente sinfonía en sol menor y, sobre todo, esos futuros (y todavía lejanos) días de dolor y tristeza que el compositor, en esos momentos, ni siquiera es capaz de imaginar.




    Concierto para piano nº 8 en do mayor, K246
    1. Allegro aperto
    2. Andante
    3. Rondeau: Tempo di menuetto
    Concierto para piano nº 9 en mi bemol mayor, K271 'Jeunehomme'

    1. Allegro
    2. Andantino
    3. Rondeau. Presto - Menuetto - Presto

      Vladimir Ashkenazy (tocando y dirigiendo)
      Philharmonia Orchestra



    Concierto para piano nº 8 - Vladimir Ashkenazy

    Concierto para piano nº 9 'Jeunehomme' - Vladimir Ashkenazy

      domingo, 11 de marzo de 2007

      Óperas (II): Idomeneo

      Hieronymus Graf Colloredo

      Idomeneo fue la primera obra que Mozart escribió sintiéndose libre. Los músicos en aquella época no eran artistas, tal y como hoy los entendemos. Trabajaban y componían para alguien, normalmente para un príncipe, un conde o, como en el caso de Mozart, un arzobispo, y la música que hacían tenía que ser del gusto de estos nobles, lo cual se traducía normalmente en obras convencionales o de fines poco trascendentes. Los músicos tenían la misma importancia que los jardineros o los cocineros de palacio, y solían comer en la misma mesa, como simples sirvientes. Todos sabemos lo que molestaba a Mozart que lo trataran como tal. No es hasta Beethoven cuando nace realmente el artista moderno, independiente, cuyo arte no depende más que de sí y no tiene otra finalidad que el arte mismo. Fue con una célebre carta a su protector como el compositor rompió con el pasado y dio luz a una nueva concepción del arte, que perdura hasta nuestros días. He aquí el trascendental mensaje: "Príncipe, lo que usted es, lo es por una simple razón de nacimiento; lo que Yo soy, lo soy por mí mismo. Príncipes hay, y habrá miles; Beethoven sólo hay uno".

      Pero antes de Beethoven, Mozart fue ya un artista libre. Y su libertad comenzó con esta ópera, ya que no la escribió por mandato del hombre que le ordenaba lo que tenía que componer, el arzobispo de Salzburgo, Hieronymus Colloredo. Fue un encargo que vino de Munich, y que Mozart aceptó voluntariamente, y era componer una ópera para los carnavales de esa ciudad. La orquesta que la interpretaria, la mejor del mundo en aquel momento, la de Mannheim. Y Mozart aprovechó esta circunstancia para escribir una obra orquestalmente apoteósica y grandiosa. Después del estreno, Mozart viajó a Viena llamado por Colloredo. Allí, harto del menosprecio que su benefactor le dedicaba continuamente a su arte, rompió con él, se independizó. Es curioso la diferencia de formas en que Beethoven y Mozart acabaron con sus yugos, el aleman con la referida carta, de tono heróico, solemne y orgulloso; el austriaco, tras una fuerte discusión, recibiendo una patada en el culo por parte de un servidor del arzobispo. Esto dice mucho de la personalidad de ambos músicos. Mozart ya no regresó a Salzburgo ni se marchó de Viena. Los últimos diez años de su vida en la capital austriaca son los del artista, los del maestro, los de la libertad, los de las obras maestras, pero también los de las penurias y las dificultades.

      (Antes de continuar, les anuncio que es mi intención, a partir de este momento, ofrecerles sólo obras de Mozart, cuyas versiones serán las que yo considero mejores. No siempre mi gusto coincidirá con el de ustedes, pero deberán conformarse con mis elecciones.)

      La versión de Idomeno que les ofrezco es la de Karl Böhm con la Staatskapelle de Dresde.

      Idomeneo - Parte I

      Idomeneo - Parte II

      Idomeneo - Parte III

      Idomeneo - Parte IV

      Idomeneo - Parte V

      Que la disfruten y hasta la próxima vez.

      lunes, 5 de marzo de 2007

      Mozart de camino a Praga (II)


      El público que ha asistido al estreno de Don Giovanni aquel 29 de octubre de 1787, entre los que se encuentran Giaccomo Casanova y la archiduquesa Maria Teresa, está sobrecogido, entusiasmado y fascinado por lo que está viendo. Mozart dirige desde el atril, orgulloso, su obra maestra. La última noche la ha pasado despierto, terminando la Obertura y el finale del segundo acto, quizá las páginas más oscuras y asombrosas de toda la ópera, que ha podido entregar al copista a tiempo esa mañana. Sabe que si no hubiera terminado esas dos partes, el estreno se hubiera retrasado una vez más, cosa a la que no estaba dispuesto. En ese momento, en el escenario, todos los personajes entonan al unísono un Viva la libertà! que hace estremecer a todo el Teatro Nacional de Praga. La archiduquesa se revuelve, incómoda, en su silla. Casanova, oculto entre las sombras de la grada, sonríe para sus adentros; él ha tenido mucho que ver en esta parte. Es un grito de ingenuo hedonismo, pero visto hoy, y sabiendo cuán cerca estaba la revolución Francesa, podría parecernos un inquietante y visionario canto contra la opresión y la libertad de los pueblos.

      Llega la larga escena del finale, que hace presagiar veladamente que algo terrible va a suceder. De pronto, la estatua del comendador irrumpe en escena y con voz cavernosa amenaza al pecador y le exige su arrepentimiento. Don Giovanni se niega y del escenario surgen las llamas del infierno que engullen a su víctima cuya última aportación a la obra es un grito estremecedor. La música, oscura y terrible, tiene amedrentado al teatro. Nadie respira, nadie se atreve a moverse. No se ha visto nunca nada igual en un teatro de ópera. Cuando acaba la obra, y tras salir de la inicial estupefacción, el público ovaciona emocionado al maestro. Praga se rinde ante el genio. La representacion de Don Giovanni, unos meses más tarde, en Viena, contrasta tristemente con este éxito. La indiferencia es tal, que pronto deja de representarse. José II, en un intento de justificación, diría: "esta música es demasiado fuerte para los vieneses.

      En un documental sobre la película Amadeus, Milos Forman cuenta una anécdota que surgió durante el rodaje de la pelicula. Todo el equipo se había trasladado a Praga, una ciudad que en verdad iba a servir como escenario de la Viena del siglo XVIII, pues los años de comunismo mantenian la ciudad tal y como estaba en aquel siglo. No había rastro de anuncios publicitarios ni emporios comerciales. Las escenas de las representaciones de ópera las rodaron en el mismísimo Teatro Nacional de Praga. Cuando llegaron allí el primer día y comenzaron los preparativos para el rodaje, se dieron cuenta que Peter Schaffer, el dramaturgo que había escrito la obra de teatro en la que se había inspirado Forman para su película, había desaparecido. Lo buscaron durante un rato y finalmente lo encontraron agazapado en un rincón, llorando. Le preguntaron por qué lloraba, qué le ocurría. Él les repondió que lloraba porque estaba en el mismo sitio dónde Mozart había estrenado su Don Giovanni 200 años antes, y era mucho más conmovedor en tanto que el teatro no había cambiado nada en ese tiempo, estaba igual que cuando Mozart lo pisara en 1787. Cualquier persona que ame a Mozart comprende la emoción de Schaffer. Praga fue la única ciudad que de verdad quiso a Mozart y entendió su grandeza, y estar allí rodando una película sobre su amado músico debió ser muy emocionante para él.

      Les ofrezco una versión muy especial de ésta ópera. La dirigida por Karl Böhm en 1976. Y es especial porque también él, junto a los cantantes y técnicos se trasladaron a Praga para grabarla. Todo un símbolo.

      Que la disfruten, y hasta la próxima.


      Don Giovanni - Parte I
      Don Giovanni - Parte II
      Don Giovanni - Parte III
      Don Giovanni - Parte IV
      Don Giovanni - Parte V

      sábado, 3 de marzo de 2007

      Mozart de camino a Praga


      Es el año 1787. Un moderno y colorido carruaje cruza los arbóreos parajes del Imperio. En él viaja un ilustre matrimonio vienés, Wolfgang y Konstanze Mozart. Van camino de Praga, donde el compositor va a estrenar su obra maestra Don Giovanni, la que E. T. A. Hoffmann calificó como "la ópera de las óperas", y por la que Goethe dijo "ningún otro compositor salvo Mozart podría poner música a mi Fausto". Van hablando del futuro, soñando con un éxito que les permita olvidarse de las deudas y las dificultades. La esperanza de que todo va a mejorar confiere a su conversación un tono risueño y alegre. Su felicidad, sin embargo, contrasta con nuestra tristeza, porque sabemos que nada mejoró, bien al contrario. El patetismo de sus últimas cartas, en las que suplicaba a sus amigos dinero y en las que confesaba, incluso, haber robado comida, nos habla de la inmerecida suerte de sus últimos días. Mozart murió lleno de deudas, enfermo y desencantado. Pero, como afirma Norbert Elias, lo que verdaderamente causó la muerte a Mozart fue el rechazo, la indiferencia que su música llegó a provocar al final de su vida en los vieneses, que jamás fueron conscientes de la verdadera envergadura de aquel compositor, y no llegó a ser para ellos más que un producto que se pasó de moda y del que pronto se cansaron. Y el amor de Viena lo era todo para Mozart.

      Les ofrezco una pequeña obra, triste y trágica, pero llena, a su vez, de esperanza, fiel reflejo de aquellos años díficiles. Suban el volumen de sus altavoces, apaguen las luces, pónganse cómodos y sumérjanse en la contradictoria alma mozartiana.

      Que lo disfruten y hasta la próxima vez.

      Música para un funeral Masónico

      viernes, 2 de marzo de 2007

      ¿Será éste el comienzo de una hermosa amistad?

      En mi primera entrada no diré nada, salvo que es muy tarde, tengo sueño y prefiero dormir a exigirle a mi cansado cerebro que piense algo interesante, moderno, poco convencional o conciso, que es como debería ser una buena presentación. Es muy tarde y tengo sueño. Ya es bastante haber estado dos horas pensando en el título, que finalmente he sacado de un titular, de la sección cultural de El País, sobre Al Lewis (podéis consultar este nombre, como muchas otras cosas, en la wikipedia, pero si no queréis perder el tiempo: es el actor que interpretaba al abuelo vampiro de "La familia Monster").

      Todos mis mejores amigos, aquellos con los que puedo pasar horas y horas sin cansarme, de los que aprendo cada día algo nuevo, y que me estimulan y me hacen mejor persona, están muertos. Hay otros, afortunadamente vivos, que me quieren, me hablan, me escuchan o me odian, cosas maravillosas que no pueden darme aquellos otros. Y a su vez también me hacen feliz y me hacen mejor, como aquellos otros. Pero aquellos son más y estos, muy pocos. Algún homenaje les haré a unos y a otros en este blog, cuando se lo merezcan.

      Y por último (joder, qué sueño), espero tener audiencia, porque todo lo que haga aquí lo haré por el reconocimiento, sino no le veo la gracia...

      Que sean todos muy felices, y hasta la próxima vez.